29 mayo, 2022

Fuego y madera, mala combinación

Las horas pasan muy lentas para Markus. El enano refunfuña con frecuencia, mesándose la barba tratando de tranquilizarse. El agua no es nada confiable, los barcos no son nada confiables. Lo único confiable que tiene uno es el suelo bajo sus pies y, si no tiene suelo, lo normal es estar inseguro.


El frío es insoportable, se cala en los huesos y se agarra a las ropas de los demás aventureros, que se turnan en cubierta para otear el horizonte, en busca de alguna costa en la que desembarcar. Los que no vigilan se meten en los camarotes, en las que intentan descansar a trozos, tapados con las mantas. Todos, excepto Kena, por supuesto. Ella nota algo de fresco porque no está acostumbrada al mar, pero la temperatura es, a falta de otra palabra, perfecta. Sigue cargando en todo momento con el huevo de Grifo, contándole historias y asegurándose de que tiene suficiente calor corporal. El barco es suficientemente amplio para el grupo y está perfectamente equipado; sólo les faltaría algo que llevase a la boca. 


"Un buen asado, crepitando en su leña bien seca, con su humito... 😋 Casi puedo olerlo. No, espera, puedo olerlo!😲"


Una columna de humo se eleva desde los camarotes, buscando salida por donde puede. Tras medio segundo de confusión, entiende el problema:


-FUEGO! FUEGO EN EL BARCO! 😱😱🔥🔥


La bárbara baja apresurada bajo cubierta, seguida de Diluc y Erala, y se encuentra el pasillo en llamas; hay mucho humo y ven con dificultad. Markus sale del camarote y se encuentra, de cara, con el causante del problema: un ser de fuego que resulta ser un demonio busca algo puerta por puerta (incendiando todo a su paso) y, al ver a Markus, sonríe y ataca sin más aviso.


Todos intentan deshacerse del demonio, pero las condiciones son muy complicadas: un pasillo estrecho, un demonio de fuego en medio de un barco de madera... Erala se desliza tras el demonio para intentar buscarle las cosquillas y le lanza un cubo que estaba lleno de... agua? No era agua. La orina se evapora antes de tocar al demonio, que se ríe de la ocurrencia de la pícara.


Diluc entiende que no hay nada que hacer allí y grita que salgan a cubierta. Erala consigue hacerse hueco para salir también por otro lado, mientras Kena, cuando va a girarse para salir corriendo tras gritarle a Markus que salga, ve cómo el paladín, antes de poder hacer nada, cae en combate ardiendo! La ira inunda a Kena y se gira para socorrerle, pero Markus se incorpora al instante, como si nada.


El paladín, en su mente, mientras la muerte intentaba apoderarse de su alma, escuchó una voz: "levántate, elegido", y se despertó curado... pero le ha ardido todo el pelo. Tampoco tiene cejas, ni barba, aunque él no se ha dado cuenta todavía.


En cubierta, Diluc y Erala bregan con otra situación: un barco, que no habían visto antes, se ha acercado y parece querer ayudar en la situación, por lo que suben corriendo al otro barco (que les apunta con un cañón) y se ponen a explicar que hay más gente en el barco y necesitan ayuda contra un demonio. Y claro, la otra tripulación, con bandera del reino de Karhium, flipa.


El barco arde sin remedio y empieza a hundirse. Markus es demasiado lento por lo que Kena se propone darle algo de tiempo para que pueda salir a cubierta corriendo, pero el enano vuelve a recibir mucho daño y cae inconsciente de nuevo. Kena, con lágrimas en los ojos, intenta subir a cubierta dejando al paladín atrás, dándolo por muerto definitivamente, pero el barco escora y cae de espaldas, cayendo cerca del enano. 


(🎲esto fue un 1 como una casa, obviamente😂)


"Tirsa me dice que no puedo dejarle atrás!" Coge todo el aire que puede y, cargando con el huevo a la espalda, coge a Markus en brazos, con su armadura pesada y sus armas, y consigue salir de bajo cubierta mientras el barco arde, de modo absolutamente épico. Una bala de cañón pasa silbando al lado de su oreja, impactando en el demonio, dándole tiempo a poder coger carrerilla y subir al otro barco, donde una emocionada Erala sonríe mientras suelta los mandos del cañón, visiblemente orgullosa de que su tiro acertara en su objetivo.


-Rumbo a Tasal!

-Rumbo a Tasal! De vuelta a la capital! - los marinos repiten la orden del capitán, que se acerca a los aventureros -. Y ustedes... tienen mucho que explicar.


La Gran Ciudad Perdida de los Eslizanos

 

Sus pasos resuenan en las calles y plazas desiertas, cubiertas por un fino polvo depositado durante siglos. Las casas, abandonadas con sus enseres, muestran una civilización antigua y próspera, y con una escritura desconocida por los aventureros que componen el grupo. Markus, Kenandra, Diluc y Erala avanzan, primero con precaución y luego más confiados, entre las ruinas de aquella ciudad enclavada en lo más profundo de la tierra, con el ojo puesto en la gran catedral del centro, que destaca en altura con respecto al resto de edificios.


Durante una hora caminan y examinan todo cuanto quieren; nada ni nadie les detiene. En una de las incursiones a casas desiertas, Diluc encuentra 4 GEMONCIOS 💎 (no confundir con gemas normales, los gemoncios son, como todo el mundo sabe, gemas enormes y muy brillantes). Decide guardarse 3 en el bolsillo sin que nadie le vea y sale de la casa con el cuarto en alto:


-Ey, mirad lo que he encontrado! Seguro que vale un buen dinero.

-Pues sí, seguramente - dijo Erala con cara concentrada, calculando su valor.

-Toma, Erala; seguro que tú puedes sacarle más tajada.

-Vaa... le... - Erala toma el gemoncio y lo guarda, dando las gracias. Desconfía naturalmente de la generosidad del bardo, pero no va a perder la oportunidad de ganar gratis unas cuantas monedas de oro! 💰


Llegan finalmente al centro, donde el gran templo les da la bienvenida con unas estatuas perfectamente limpias, lo que llama la atención del grupo. 


-Siglos abandonadas y... limpias? 😕 Es muy extraño - dice Markus.

-No reconozco ningún símbolo o escritura, pero ya que estamos aquí... - apremia Diluc.

-Yo tampoco reconozco a qué dios está dedicado, ni entiendo una palabra de lo que apunta... Francamente extraño, todo esto.

-Vamos! 😁 - Kena, emocionada, sólo piensa en verla por dentro.

- Voy yo delante - dice Markus -, mantened los ojos bien abiertos. No sabemos lo que nos podemos encontrar...


Tras la gran puerta de entrada y un pasillo llegan a una habitación con una energía extraña... pero positiva! Al entrar, sus heridas se cierran y su cansancio desaparece Qué maravilla! Sólo puede ser un templo dedicado a un dios bueno. Se sienten mejor, se relajan un poco, y siguen avanzando.


Tras otro corto pasillo, llegan a otra habitación. Se paran en la puerta y observan: hay 30 espadas, todas distintas, clavadas en el suelo de la habitación. Kena entra primero y en ese momento, en el centro de la habitación, surge un holograma de un humanoide draconiano.

Kenandra FLIPA.


-Bienvenidos, aventureros.

-Hola! - Saluda Kena - Quién eres?

-Soy sólo un holograma, guardián del conocimiento.

-Qué le pasó a tu ciudad?

-Si superáis la prueba del héroe, tendréis acceso a información.

-Cómo se llama tu civilización? Tu raza? - Markus intenta otro tipo de preguntas más básicas.

-Hm... Veo que ha pasado demasiado tiempo. Mi pueblo se hace llamar los eslizanos. Nuestra civilización desapareció. Yo soy el guardián del conocimiento. Si superáis la prueba...

-Sí, sí. Acceso a información. - Diluc NECESITA más información, se muere por más información - Hacemos la prueba, obviamente.

-Obviamente - Kena asiente.


El holograma mira a Markus y recita una adivinanza, mientras las puertas de la habitación se cierran:


"Cuando un rey busca refugio, sólo la paz encontrará cuando el corazón vea la luz.

Cuando un rey busca venganza, sólo la paz encontrará cuando sus manos derramen sangre.

Cuando un rey busca perdón, sólo la paz encontrará cuando sus ojos vean la verdad."


Todos se miran y miran a las espadas. Se fijan en sus colores, sus formas... filos cromados, blancos, todas con gemas de distintos colores incrustadas, algunas con espinas... Absolutamente todas distintas unas de otras.


-Debe de ser una espada en concreto.

-Así es - apunta el holograma eslizano, mirando a Markus -, debes escoger la espada correcta.

-Y si no?

-Moriréis todos.

-Ah.

-Vamos a pensar esto bien.

-Sí.


Debaten durante un rato el significado de la adivinanza. La venganza debe referirse al filo, ya que es la parte que hace daño y el refugio a la empuñadura, porque la guarda protege la mano. Y qué tiene que ver el perdón con las gemas? No, no; tiene que haber otra forma.


El corazón de la espada, apunta alguien, es el filo; es la razón de ser de una espada. Para derramar sangre con las manos... las manos están en la empuñadura, tras la guarda. Los ojos, son redondicos, como gemas... Esto tiene que ser! Entonces...


Se deciden finalmente por una espada de filo blanco (un corazón que ve la luz), con gabilán con sangre (manos que derraman sangre) y gemas negras (el auténtico color que los contiene a todos, que tiene todos los puntos de vista, la Verdad absoluta). Sacan la espada conteniendo el aliento hasta que el holograma vuelve a hablar:


-Correcto - el holograma sonríe.


El arma está mal equilibrada, y Kena siente una muy mala sensación cuando la intenta empuñar. Le repugna, no quiere tocarla, al igual que Diluc y Erala, pero Markus no le hace ascos. Al cogerla el paladín se convierte en un hacha enana, mucho mejor adaptada para él.


Y una voz en su cabeza le dice, suavemente:

"Esta espada te hará Rey..."

"Pero a mí no me interesa eso."

"Pero ya eres el elegido del grifo también."

"Casualidades."


-Mi cometido ha terminado. Ahora seguid por esa puerta.

-Pero...

-Seguid por la puerta. Pero, por favor, satisfacedme. Quién ganó: los elfos o los dragones?

-Los elfos - contesta Erala.

-Malditos elfos - dice el holograma, escupiendo al suelo.

-Malditos sean - dice Markus, escupiendo al suelo a su vez.


El conjuro de la sala que bloqueaba las puertas se desvanece y el holograma desaparece, sin dar la información que buscaban en un principio. Con su hacha nueva, sus dudas y sus gemoncios💎 como único conocimiento sobre la ciudad, salen por la puerta contraria a la que entraron, esperando encontrar algo más de información, pero sólo hay unas escaleras que bajan, que van a dar a un puerto interior, en el que hay un pequeño barco. En este punto no van a dar la vuelta: supondría volver a cruzar la ciudad y volver a la gruta oscura sin iluminación que llevaban horas recorriendo sin ningún tipo de orientación. Markus no quiere subir pero la posibilidad de volver a la gruta de la montaña no satisface a nadie más del grupo, por lo que terminan subiendo todos.


El barco avanza lentamente a través de una niebla un poco espesa y, al salir, a la espalda del grupo hay una montaña, y no se ve el puerto del que han salido, ni ninguna salida, ni luces, ni ciudad, ni nada.


Y de repente sólo Erala sabe cómo llegaron a ese barco. El resto no recuerda nada de las últimas horas, pero sí puede ubicarse gracias a la especial orografía de la montaña que tienen a la espalda: están justo al lado de la Isla de las Almas Perdidas, una zona en la que nadie osa aventurarse navegando, ni los navegantes más experimentados. Kena se encuentra bien pero los demás tienen mucho frío. Nieva en la Isla de las Almas Perdidas y en el barco. No pueden quedarse aquí y ponen rumbo al sur. Cuanto antes encuentren tierra, mejor. Cualquier sitio es mejor que un barco para Markus.




Las armaduras pesadas y los huesos pesados flotan muy mal y se hunden muy rápido...



16 enero, 2022

Patitas (o patazas) en la oscuridad

 

Erala se despierta tras un sueño en el que sentía que caía. ¿Había escuchado a Kena gritar algo de la niebla? No estaba segura. De lo que estaba segura, al 95 %, era de que no veía en la oscuridad. El otro 5 % correspondía a la siempre rondante duda en estos casos: ¿me habré quedado ciega? 🙈


Palpó a su alrededor y notó suelo irregular de piedra, muy húmedo. Podía escuchar gotitas caer gracias al increíble eco. "Esto suena a cueva", pensó.


- ¿Chicos...?

icos, icos... icos... cos...


Si se concentra puede escuchar respirar a sus compañeros. A palpas, va alcanzándolos y los despierta. Sólo Markus puede ver dónde están realmente, gracias a sus ojos de enano: efectivamente es una cueva, y sólo hay un camino, un lado que sube, y otro que baja. Ya que la niebla les hizo bajar, deciden seguir bajando (?), usando al paladín como guía.


Avanzan penosamente durante 5 horas en la más absoluta oscuridad, prestando oídos a todo lo que parecieran no ser gotitas cayendo o el sonido de sus pies arrastrándose por el suelo rocoso, hasta que Markus da un susurro de alarma: 


- ...telas de araña...!

- ...oh no...!

- ...no... tenséis... ninguna..., ...por Khondar...!


Según avanzan a través de la cueva, los hilos son más frecuentes y Kena, sin querer, tensa una tras un traspiés.


- MIERDA! 

- Sshhh!

- ...mierda! ...He tensado una, Markus....

- Ays...


No tienen que esperar mucho para escuchar cómo muchas patitas recorren las paredes de la cueva para situarse a su alrededor. Si no tuviesen las indicaciones de Markus, podrían decir que les habían rodeado 8 criaturas. Desafortunadamente, son sólo 2, son grandes, son peludas, tienen muchas patas, muchos ojos, tienen veneno, bloquean cada una una salida (así de grandes son) y pueden ver en la oscuridad, y la mayoría de nuestro grupo favorito de aventureros, no.


De forma preventiva, las arañas escupen un buen trozo de tela hacia el grupo: Diluc y Erala logran esquivarlo pero Markus y Kena quedan atrapados en las redes. Con las indicaciones de Markus, el bardo y la pícara plantan cara cada uno a una araña, sin ver nada en la oscuridad, intentando luchar de oído. Kena logra zafarse y arremete contra la araña de Diluc, poniéndose a su lado. Erala esquiva asombrosamente muchos golpes y va haciéndole algo de daño a su enemiga, mientras que Diluc y Kena logran rematar a la suya gracias a que el bardo le inserta la lanza en los ojos en medio de la oscuridad.


Sin perder un momento, se giran para ayudar a Erala, que ha continuado entreteniendo a su araña mientras Markus seguía enredado en la tela. Finalmente, entre los 3, consiguen derribarla y matarla, y pueden continuar su camino, haciéndose con unas antorchas de patas de araña muy útiles.


Tras otro rato avanzando en la oscuridad, la cueva deja de descender y, al poco tiempo, una gran puerta circular, enorme, con escritura muy extraña, aparece ante ellos. Ninguno tiene idea de lo que pone, y tampoco se deciden a intentar abrirla: están cansados, heridos, y una puerta con escritos ancestrales en medio de una cueva perdida en las profundidades de la roca no puede esconder cosas sencillas. Diluc hace una copia del texto en un pergamino para poder buscar información más adelante... si es que consiguen salir de este camino unidireccional.


Siguen caminando un poco más y empiezan a escuchar un murmullo de agua, que se va convirtiendo en estruendo cuando giran un recodo y ven una cascada a su derecha. El suelo está muy resbaladizo a causa del musgo. El único camino pasa por encima de la cascada, resbaladizo, y con una caída nada agradable. ¿Lo ven? Lo ven. Porque el musgo... brilla. Tras medio día en la oscuridad, parece la luz del sol, aunque realmente no es más que un tenue resplandor.


Están absolutamente agotados, y también heridos, por lo que deciden descansar antes de cruzar. Si alguien tropieza y hay que nadar en las heladas aguas de un río subterráneo, mejor que sea con todas las fuerzas posibles.


Tras  6 horas de descanso irregular, Kena se echa a la espalda el huevo de grifo, se atan cuerdas, y empiezan a pasar por el estrecho puente natural de piedra. El musgo lo pone difícil y en más de una ocasión pensaron que alguno se caía pero, finalmente, logran llegar al otro lado y ven... que no hay salida. 


¿O sí?


Hay una brecha. ¿Es eso un leve resplandor? Kena mete el cuerpo y avanza, rozando las paredes con los hombros. Los demás le siguen, aunque Markus, con la armadura enana y el escudo, se queda levemente atascado alguna vez. La bárbara ve cada vez mejor: al final de la brecha hay luz. Consigue llegar al otro lado y queda absolutamente asombrada con lo que ve.


Están en el lateral de una pared de roca que da a un gran foso. El techo está muy, muy alto, y de él cuelga una gran esfera de luz. Bajo ella, enorme, silenciosa, hay una ciudad. No parece haber movimiento, al menos a esta distancia. Los demás miembros del grupo quedan impactados también por las vistas: no reconocen la arquitectura y Diluc no conoce ninguna leyenda sobre una ciudad subterránea de estas características.


Bardo: - sin información.

Markus: - sin información.

Erala: - Guau ¿ninguno de los dos sabe nada?

Kena: buscando un camino para entrar ya en esa ciudad super extraña! 😁




01 enero, 2022

Saliendo del pantano: cómo un rescate puede complicarse.

 

Cargando con el majestuoso huevo blanco iridiscente, Kena siente una alegría inconmensurable: todas las leyendas PUEDEN ser ciertas. ¿Cómo no va a creer como cierto cualquier cosa que vea, después del último mes? El peso del gran petate a su espalda, los sonidos ya familiares de su amigo Markus y el resto del grupo caminando por el pantano a duras penas, el aire viciado y horrible... Nada podría cambiar su buen humor.


Excepto quedar atrapada en el fango.


Kena hunde su pie en una poza más profunda de lo que pensaba y empieza a hundirse sin remedio. 

Diluc quiere ayudarla, como ella le ayudó tan solo un día antes en el mismo pantano por la misma circunstancia, y se acerca a ella para agarrarla, pero pierde el equilibrio, y cae al barro también.

Kena empieza a ponerse nerviosa: el huevo ya está hundido y ella a duras penas sostiene la cabeza por encima del fango. 

Elana quiere tirar de ellos: les lanza una cuerda y Diluc consigue asirse pero es muy pesado y, del esfuerzo, la joven cae de culo en otro charco diferente.

Finalmente con cuidado, y muy al límite, consiguen salir poco a poco gracias a Markus. Kena llevaba ya bastantes segundos sin respirar y le cuesta recuperar el aliento, pero afortunadamente ha quedado en un susto y el huevo está en buenas condiciones. La bárbara no tarda mucho en recuperar el buen humor, ya que ¡todo ha salido bien!

Tras atravesar lo que queda y llegar al bosque, pueden observar cómo el pantano ha dejado de crecer pero se dan cuenta de que tardará todavía un tiempo en que la podredumbre desaparezca por completo. Tal fue la destrucción de las acciones del malvado maladin. 

La noche cae, y deciden descansar en el bosque, cerca del límite con la campiña. Montan el campamento en poco tiempo y resuelven hacer guardias, a pesar de que todos están bastante cansados de intentar abrirse paso a través del maldito pantano. Y esa noche, en la tercera guardia, mientras Kena lucha por mantenerse alerta en lo más profundo de la noche, siente que algo viene. Gira la cabeza por instinto y ve avanzar entre los árboles una niebla verde, densa, que viene desde el pantano.

- DESPERTAD!! - Grita, mientras se ajusta la carga del huevo a la espalda - VIENE LA NIEBLA!!


En un par de segundos la niebla les alcanza y sienten que caen... Caen en la oscuridad.

12 diciembre, 2021

Cómo enfrentarse a una figura misteriosa: batalla en los cerros de la Cordillera del Gusano

Tras un par de jornadas de descanso y una curación extraordinariamente rápida, Markus y Kena se sienten en condiciones de volver a los caminos. Sin duda salir del bosque fue una buena decisión para poder descansar, pero en cuanto van a volver a ponerse en marcha les da la sensación de que vuelven a entrar en el bosque demasiado pronto...

Como que el bosque hubiese crecido en dos días. Y además Markus vuelve a sentirse un poco mal. Afortunadamente, ahora lleva la armadura puesta. 

Consiguen encontrar el camino principal, por donde se supone que avanzaban los aventureros desaparecidos, y deciden continuar, hasta que llegan a un pantano. Ni Diluc ni Elana recuerdan que en los mapas figurase un pantano de estas características en esa zona, y todos coinciden en que todo ha de ser obra del nigromante al que buscan.

Avanzan con precaución, pisando con cuidado y caminando en línea de a uno. Aún así, en un descuido, Diluc pierde pie y casi cae en una poza de cieno, pero Kena le agarra de las solapas del traje a tiempo y lo devuelve a tierra firme.

El pantano parece que crece, comiéndose el bosque que dejan atrás y la zona montañosa con hierba corta que tienen ahora delante. De alguna manera el camino sigue allí, ascendiendo serpenteante entre los cerros. En la loma más próxima, en medio del mismo camino, hay una figura: lleva una armadura con símbolos extraños que identifican como pertenecientes a un dios maligno de los asesinos, la muerte y la pochez (por abreviar). 

La figura parece estar realizando un ritual, elevando la voz al viento frente una gran gema roja. El grupo se para un momento y piensa qué hacer:


- Ese tiene que ser el nigromante - dice Elara.

- Pues a por él! - el apremio de Kena puede notarse en sus palabras y en sus músculos en completa tensión desenvainando ya su hacha, Viento Helado.

- Espera! - Markus la interrumpe, cogiéndola por el brazo.

- Por qué? Está ahí!

- Vamos a rodearlo, para acercarnos lo máximo posible. Puede que tenga un ejército de no-muertos escondido.

- Pero... Si no se ve señal de ningún ejército... - "Y además llego en un respiro!", piensa la bárbara, contrita. Y luego recuerda el ritmo de Markus caminando, con su gran armadura, su gran escudo pavés, sus piernas cortas.

- Venga, Markus tiene razón. Si es un nigromante y le damos tiempo, puede convocar grupos de no-muertos. Es mejor ir con cautela esta vez.

- ...Vaaaaaale. 😤


El grupo finalmente decide salir del camino y avanzar por entre los bajos arbustos que sobreviven en las cimas rocosas de esta parte de la Cordillera del Gusano, con todo el cuidado posible teniendo en cuenta la gran armadura, el gran escudo pavés y la respiración forzada de Markus subiendo campo a través.

(Es decir, muy poco sigilosos.)


Cuando están a unos 60 pies, la gema emite un haz de luz que incide sobre uno de los cerros lejanos (a ojo de aventurero avezado, más o menos a medio día de viaje de donde están actualmente), la piedra se vuelve oscura y justo después se rompe en mil pedazos. Todas las esperanzas de cualquier ladrón que hubiese cerca por poder cogerla y venderla se esfuman. Menos mal que no había ninguno. 😉

Ahora pueden apreciar mejor a la figura que realizaba el ritual mientras se gira para mirarlos: ha detectado su presencia. La armadura, el escudo y los símbolos sagrados dejan poco lugar a la imaginación: es un maladin, un paladín de un dios malvado. Pronuncia unas palabras ininteligibles y su escudo y su espada empiezan a brillar, e invita a los aventureros, con su lenguaje corporal, a atacarle. 


A Kena no tiene que decírselo dos veces: en cuanto Markus inicia su carga contra el enemigo, la bárbara se vale de su velocidad para adelantarle y ponerse delante, intentando proteger a su amigo mientras avanza con su gran armadura, su gran escudo pavés, sus piernas cortas. Diluc va a avanzar también pero en ese momento el maladin convoca a sus no-muertos, y decenas de ellos empiezan a surgir del suelo. Mientras, Elara rodea al invocador, colocándose a su espalda sin ser advertida.

Kena ataca al maladin pero sus ataques no consiguen acertarle (DADOS PLS) mientras los demás miembros del grupo intentan deshacerse de los no-muertos, que ya le han hincado el diente a la pierna de Markus, que aúlla de dolor pero sigue en pie. Elara esquiva a los enemigos mientras intenta golpear al maladin también, pero no hay mucha suerte. Diluc usa su lanza para golpearle, que se despacha a gusto sobre Kena, golpe tras golpe.

Cada uno de los impactos sufridos hieren el orgullo de la joven guerrera del Clan del Cuerno Hendido, cuyo padre se le apareció en sueños rogando que vengara su muerte a manos del nigromante, y ahora que lo tenía delante no podía hacer nada. La furia se acumuló en su pecho y subió por su garganta hasta estallar en un grito impotente y desgarrado, y consigue devolverle un golpe justo mientras ve cómo a Markus le están derribando (otra vez) los no-muertos.

El paladín enano ha caído inconsciente, dentro de su armadura de placas, y rueda levemente por la hierba mientras los zombies se encaraman para poder devorarlo, pero Diluc golpea a uno con su lanza y Kena manda volando, unos metros más allá, a otro de un hachazo, mientras el maladin sigue golpeándola.

Las heridas que acumula Kena son tremendas ya; su cuerpo no puede más pero su cabeza no se rinde:

- POR MI PADRE! - exclama furiosa, y blande su hacha contra el brazo izquierdo del maladin, que cae a su lado, inerte, mientras el anterior dueño del brazo lo mira todavía sin comprender lo que ha pasado, e hinca la rodilla en el suelo.

(Los dioses del rol nos vinieron a ver con ese crítico, estaba siendo una batalla de tiradas bajas interminable xD).

Kena, agotada, se acerca para rematarlo pero él la mira, sonríe maliciosamente (como sonríen los maladines) y dice: "Espina Venenosa envía saludos. Phigarth". La bárbara no acaba de comprender todo lo que ha dicho el maladin, pero las carcajadas del enemigo derrotado y, sobre todo, el grito de Diluc "VA A EXPLOTAR!" hacen que sepa que debe salir corriendo lo más rápido posible, al igual que el resto de los compañeros conscientes, buscando cobijo con mayor o menor fortuna. El maladin explota, sus armas desparecen y los no-muertos que quedaban en el campo de batalla arden.


Elana y Diluc se hacen cargo, una vez más de Markus y Kena, que están inconscientes en el suelo. Acampan cerca y descansan un día. El bardo vuelve a amenizar el descanso con tonadillas alegres y esperanzadoras, y todos parecen recuperarse muy bien. Esto le resulta un poco sospechoso a Elana pero decide no decir nada de momento. 

(Recordemos que en este mundo la magia está prohibidísima y los magos son cazados como bestias).

Con el cuerpo medianamente descansado deciden partir sin más demora a la ubicación que había señalado la luz de la gema roja. Si los malvados buscaban algo allí, Markus no quería que lo encontrasen, bajo ningún concepto.

Y allí, tras un día de viaje, escalando la ladera de una cumbre, encuentran finalmente un nido enorme y, en él, un huevo del tamaño aproximado de medio enano, de unos 60 Kg, blanco iridiscente.

Markus, Elana y Diluc empiezan a discutir sobre qué hacer con él: Markus quiere llevarlo a un lugar seguro, pero no tiene claro dónde será eso; Elana quiere el huevo para venderlo, pues asume que valdrá muchísimos muchísimos dineros; Diluc sólo quiere saber más de a donde ir y por qué hacer lo que quiere hacer el paladín. 

Kena, antes de que nadie pudiese decir nada, ya estaba abrazando el huevo, emocionada, y pegando la oreja para poder escuchar la vida en su interior. Le habla al huevo con voz suave y, mientras los demás siguen discutiendo qué hacer, ella, ajena a las dudas, deshace su petate y lo rearma, cubriendo el huevo con su saco de dormir extragordito y añadiéndolo a su equipaje.

Todavía no tienen claro qué hacer exactamente con el huevo, pero deciden que quedarse allí no es una buena idea: los secuaces del maladin, o incluso sus jefes, pueden obtener la información y vendrán a por él muy pronto. Deben huir de allí con él.


🙌 ¡¡HAN ENCONTRADO EL HUEVO DE GRIFO ALBINO!!


21 noviembre, 2021

Cómo eludir la muerte durmiendo: conociendo a Elana.

A la mañana siguiente salen de la posada, compran raciones y algunas cosas que creen que serán necesaria y se despiden del caballo de guerra pequeñito. Saben que no podrá escalar las escarpadas paredes de su próximo destino: la Cordillera del Gusano. Mejor en Fortaleza del Troll que comido por los lobos abandonado a su suerte.


Es un trayecto corto, pero las piernas de Markus son aún más cortas.

Una semana de viaje, con las jornadas interminables al paso del enano cargado con su armadura y su escudo pavés (ya que Kena carga el resto de su equipaje), da para muchas historias. Diluc resulta ser, para sorpresa de nadie excepto para Kena, un excelente comunicador, y ella no deja de escuchar, fascinada, todas las fábulas y chismes que tiene el bardo para compartir. La bárbara relata también grandes hazañas de los guerreros de su clan, y le cuenta cómo llegó a los pies de Markus tras matar muchos osos no-muertos en su prueba de madurez.


Llegan finalmente a la falda de la montaña donde, se dice, se esconde el nigromante. Empiezan a escalar con dificultad: Kena va delante, cargada con las cosas del enano y ayuda a izar a Diluc y Markus cuando ha llegado a algún saliente pero, en un momento dado pierde el equilibrio mientras escala un tramo y cae rodando hacia atrás, cuesta abajo...

Y se hace muuucho daño.


Mucho. A partir de ese momento, Diluc decide ayudar a escalar (antes de que Kena insista en seguir subiendo primero, a pesar de sus heridas, y viendo que Markus no va a poder subir solo, ni habiéndose quitado la armadura). Resulta que, además de saber hablar, también es muy ágil! "Qué suerte habérnoslo encontrado en la taberna" - piensa Kena - ", y tampoco parece tan enclenque...".


Tras lograr subir por la ladera escarpada y casi mortal, llegan a un bosque donde, casi de inmediato, el paladín empieza a sentirse mal. Tras buscar un rato un lugar para acampar, encuentran un claro con los restos de un campamento... y 6 cadáveres. Mientras pisan con cuidado entre los restos de la batalla, atentos a cualquier sonido, escuchan algo. Es un gruñido?

No. Es más bien... Un ronquido?


-Gggggghhhh... ggggghhhhhh...

Kena avista un bulto roncante en una rama de un árbol, y se lo señala a los demás. Diluc le tira una piedra para despertarlo; no saben si será amistoso pero algo tiene que saber de lo que ha pasado aquí.

Toc!

-Uh...

-Eh! Hola!

-Uh... Qué? Uf... Qué? - El bulto se despereza y mira hacia abajo. Su cara de sorpresa indica al grupo que no tiene mucha idea de lo que ha podido pasar - Estaban así cuando llegasteis?

-Igual de muertos 😕

-Mierda...


La mujer baja ágilmente del árbol. Elana, como se presenta, formaba parte de la expedición que montó el campamento. Cuando le tocó la guardia subió al árbol para vigilar y se quedó totalmente dormida "cosa que no es nada habitual", apuntilla. No tiene ni idea de qué pasó después, pero a la vista está que nada bueno.


El problema es que mientras están hablando UN CADÁVER SE MUEVE Y ALCANZA LA PIERNA DE MARKUS! Y además le muerde! PORQUE ESTABA SIN ARMADURA TRAS ESCALAR LA MONTAÑA! Kena intenta proteger a su amigo pero les han rodeado sin que se hayan dado cuenta por estar hablando; los cadáveres se empiezan a apilar alrededor de Markus, que sufre heridas bastante graves en muy poco tiempo! Kena no para de blandir su hacha de aquí para allá pero con la desesperación empieza a fallar mucho.

(NdA: No fue desesperación, fue una serie continua de "el dado tiene el día tonto". Todos tenemos días tontos, los dados también pueden tenerlos.)


Logran ir cargándose a todos pero Markus CASI SE CERCENA UNA PIERNA, y cae inconsciente.

(NdA: Tampoco fue desesperación, fue una serie continua de "el dado tiene el día tonto" y los unos se empezaron a acumular...)


Un zombi, encantado de la vida (jaja), empieza a trepar por su cuerpo para darse un buen festín. Kena se gira y, con ayuda de Diluc, patea al zombi que se quería comer al paladín, pero otros dos no-muertos la atacan a su vez y la hieren muy gravemente, haciendo que pierda la consciencia (NdA: recordemos que ya estaba herida de ir escalando la montaña).


En ese momento, mientras las nieblas de la muerte empiezan a tomar la mente de Kena, en el breve lapso de tiempo en el que la realidad deja de tener absoluto sentido y la imagen que tiene en la retina mientras cae al suelo se desvanece, le parece que Diluc susurra unas palabras en medio de la oscuridad de la noche y el caos de la batalla. "Qué estúpido" piensa, "ponerse a cantar ahora... Volveré a rodar sobre la hierba por toda la eternidad... Padre..."


Pero Kena no muere ese día.


El combate termina y Diluc y Elana se encargan de los dos heridos. Buscan un lugar donde descansar, lejos de la podredumbre que desprende el bosque. Se han dado cuenta de que no se oye ni un animal. Los cadáveres de los ahora muertos se deshacen lentamente en cenizas, que el viento transporta sin dificultad haciendo que el aire huela a oscuridad y muerte. 


Vamos, que quedarse en ese bosque da MUY MAL ROLLO.


Durante un tiempo que a Kena se le hace extrañamente corto y largo a la vez, entre nieblas de sueño y sueños de niebla, el bardo les canta canciones y les ofrece, junto a Elana, breves tragos de agua y comida. Tanto Markus como la bárbara sanan excepcionalmente rápido, pero no todas las heridas desaparecen: a partir de ahora Kena portará con orgullo su nueva cicatriz en la pierna izquierda, que suma a la que ya tenía en la cara en forma de oso, mostrando al mundo su ferocidad y valentía.



14 noviembre, 2021

Markus y Kena conocen al bardo (y hacen el ridículo más veces)

Sin duda alguna, el nombre de la posada de Fortaleza del Troll les gusta mucho mucho mucho.


El Grifo Feliz les da la bienvenida con miradas estupefactas, y un breve momento de silencio, incluido el bardo (que interrumpe su recital por el asombro de ver entrar a UNA BÁRBARA Y UN ENANO). Para los  parroquianos, ver a un bárbaro aventurero es poco habitual, pero si le sumamos la presencia del enano, la pareja hace una entrada espectacular en el edificio, sin pretenderlo. Kena saluda con naturalidad a la gente y Markus se limita a ignorar las miradas y sentarse en una mesa que parece más o menos apta. A pesar de las reticencias iniciales, consiguen una habitación, y esa noche cenan como reyes y beben cerveza humana, que meh. Pa' gustos. Pero meh. 


El día siguiente Markus va a la biblioteca a buscar información sobre grifos albinos. Kena pasa el día por la ciudad, paseando, intentando hacer algún trabajo esporádico a cambio de monedas y preguntando a los ciudadanos por historias sobre grifos. Le toman mucho el pelo, así que al reunirse por la noche en la posada, la joven no está de buen humor. 

-Markus, yo no suerte hoy. Yo intentar conseguir monedas, pero gente burlarse! Yo intentar información para ayudarte, pero GENTE BURLARSE!! 😤

-Yo tampoco suerte en biblioteca...

-Preguntamos a bardo! Bardos saber cosas de lugares lejos. Bardo! Bardo! 


El bardo se acerca a la pareja peculiar, agradecido por tener excusa por entablar conversación con ellos. Las últimas semanas en Fortaleza del Troll han sido bulliciosas con la llegada de muchísimos aventureros, pero esa pareja es muy llamativa. Decide que quiere fardar un poco, así que le habla a la bárbara en su idioma natal:

-Dígame: en qué puedo servirla?

-Oh, por los dioses! Menos mal!! - La cara de Kena es FELICIDAD pura - Quiero decir, Markus es majísimo pero no entiende bien ni el común, sabes? Y es que llevo hablando así sencillito 3 semanas y cuando hablas así parece que la gente piensa que te falta un hervor, sabes? El día que he tenido hoy! Por Tirsa que a alguno le partiría la c.... 


Kena termina por darse cuenta de que no para de hablar de la emoción y se refrena. Recuerda que Markus no sabe bárbaro y retoma el hilo inicial con toda la seriedad que puede.

-Total, ejem... Que aquí mi amigo Markus (señalando al enano), está buscando información.

-Sobre el... mago? 😊 - Asume el bardo.

-El mago? 🤨 - Kena no sabe a qué se refiere.

-El mago, claro - el trovador empieza a dudar. Es posible que no sepan...?

-Qué? 🤔 - Markus tampoco entiende nada.

-No? 😮- El bardo muy está sorprendido! No vienen por lo que vienen todos últimamente: se dice que hay un mago cerca y parten grupos de aventureros continuamente para intentar cazarlo. 

👉La magia arcana está MUY MAL VISTA. Por culpa de la magia se lio muy parda hace tiempo y ahora está prohibida, salvo en ocasiones muy muy concretas. Los magos son perseguidos y cazados, sus cabezas expuestas en grandes salones. 👈


Como es información poco novedosa, la comparte con Markus y Kena en idioma común. Y Markus responde:

-Vaya! Un mago! Se sabe qué tipo de mago es? Tal vez tenga información sobre los grifos albinos que busco. Sabes tú algo?


La cara de Kena es un plato. Sus ojos y su boca abiertos de par en par, y tartamudea incluso cuando dice:

-M-Markus... Sabes común fluido?

-Kena! Sabes común fluido?! 

-Hemos estado 3 semanas hablando mal sin que hiciese falta???

-😅😅

-... jajajajajajajJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

-JAJAJAJAJAJAJAJAJA


👉Juro por las barbas de Markus que llevábamos toda la partida hablando como indios de películas entre nosotros y los otros partiéndose el culo. Nunca preguntamos si el idioma común era un idioma completo, sólo asumimos que el otro no lo sabía bien y por eso hablaba raro xD 👈


El bardo no da crédito. Tras reírse a gusto el enano y la bárbara, tomándose el error con buen humor, retoman la conversación:

-Bueno, ejem... Perdona. Háblanos de ese mago.

-Hablemos de negocios primero... Toda información tiene un precio, y yo ofrezco uno justo. 

-Para negociar hay que conocerse!


Kena se planta delante del bardo, orgullosa, y se presenta:

-Yo soy Kenandra, del clan del Cuerno Hendido! 😁

-Mi nombre es Markus, paladín de Kondar.

-Kenandra, Markus. Yo soy Diluc, aventurero, bardo... a su disposición. 


Diluc realiza una leve reverencia, lo suficiente para ser cortés, pero no tanto como para realizar vasallaje.

-Bueno, entonces ese pago... Qué quieres a cambio de la información? - pregunta Markus.

-Conocimiento!!! - y los ojos de Diluc brillan.


Diluc quiere acompañarlos en el grupo, y echar una mano. Como pago por la información y acompañarlos, el enano le enseñará su idioma. Markus acuerda enseñarle a hablar enano, y sellan el acuerdo con una buena cena esa noche. Mientras comen, el bardo cuenta la leyenda del Grifo Albino: cada cierto tiempo, cuando es necesario, aparece en el mundo un huevo blanco iridiscente, que da lugar a un grifo albino tras eclosionar. Ese grifo escogerá a un paladín, y juntos salvarán al mundo de un gran mal. Sin embargo, si el huevo es encontrado por el Mal, el grifo escogerá a un maladín, y destruirán el mundo.


También les cuenta que muchos aventureros están desapareciendo estos días. Salen tras el supuesto mago, pero no regresa nadie. Se dice que el mago es en realidad un nigromante, y lo último que se supo es que estaba en la Cordillera del Gusano.


Esa noche duermen en la posada, y Kena tiene un sueño con su padre: aparece en la llanura helada. Al acercarse a él va pudiriéndose, y cuando va a llegar a su lado desaparece, gritando "venga mi muerte!! El mago acabó conmigo!". Despierta sobresaltada, pero sabiendo, perfectamente, que va en dirección correcta.